Se dijo: para qué tanto esfuerzo,
comprender sí, pero hacer que todos lo comprendan...
para qué, nunca los ojos suplirán al pensamiento,
para qué si cada mundo es otro mundo
y ninguno comparte su secreta estructura,
poner la mano y esperar que unas monedas
de silenciosa goma caigan como don, no como mérito o salario,
se dijo: para qué forzar el mecanismo
de la costumbre en esas normas de esclavitud
si todo es natural y crece como la flor en junio,
se dijo: no acumules peldaños sobre la inocencia
ni soportes las plantas sucias que te convierten en camino
de un dolor que sube y sube igual que el agua
desesperada de la inundación.
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