El conocimiento se aproxima con maneras de mendigo,
saber de las cosas es como nacer,
se toca de nuevo la corteza, flexible y húmeda,
y se investiga en el entorno para encontrarle un nombre,
una vez bautizada se le dota de un disfraz
para que pueda escoger su propia vida,
varas verdes de sol en el camino, hojas de acebo
bajo el brillo de las bolitas rojas, esa será la escarapela
distintiva del gremio, lo propio siempre es diferente
aunque coincida en el formato de gota de agua,
luego se organiza el grupo, se bifurca varias veces
hasta la disolución y entonces
se sabe de verdad lo que contiene en su interior,
(tardía recompensa por la tolerancia
a las caricias de una mano materna
que quería hacerla residir en un papel pequeño
como una letra huérfana).
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