miércoles, 13 de septiembre de 2023

Que no pensara, cualquier receta es válida si su ingrediente principal es la templanza; y la templanza cómo llega, preguntaba él, no pienses, deja que se instale, el reticulermes lucífugus sólo se oye cuando ya está dentro, un polvillo de serrín y esos ruidos nocturnos que pueden confundirse con la respiración de la madera, que como sabes tiene un alma eterna

 




Llegaba en oleadas por los brazos

como el hervor en frío de los nervios,

envoltorio de alambre o calentador de lana por las piernas,

esa caricia desalmada llena de indisciplina 

te hace sentir el nerviosismo de la célula y escarbar con el pensamiento

como si fuera una herramienta de carpintear, virutas,

polvo respirado, angustia de recorrido circular,

no es algo previsible, miedo a estarse quieto

bajo el hormigueo de la plaga, la luz en crudas ráfagas

y por encima de todo, repitiendo el furor de un relincho,

esas crines salvajes de caballo pánico,

sin estruendo de cascos, insidioso, igual que el miedo agazapado.

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