Un jabalí,
los cazadores anudaban el cielo agujereado,
no hay rocío capaz de camuflar las huellas en otoño,
las flores ateridas le hablan a él, ¿estás herido?
no te importe manchar de sangre nuestras sábanas,
la luna detergente lo enjabonará, se tenderá la muerte al sol
y las alondras regresarán antes de tiempo
para que nada suene a funeral, únicamente Mozart
sacará sus agujas para costurear los desgarrones,
hablará al final esa trompeta, corno inglés, y cesará el acoso,
la memoria no cuidará de ti, te quedarás muy solo,
será como si Lázaro se deshiciera de las vendas
y lanzara al aire su gruñido para que todos sepan la verdad.
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